Al mirar la portada aparecen dos personas en el Salar de Uyuni en Bolivia, contando que viajar no es ni caro ni difícil, y una ligera corriente de sabores y anhelos empiezan a erizarme el bello hasta que llegan de forma devastadora a mi cerebro provocando un estallido de recuerdos e imágenes de las experiencias, tan gratas, vividas en un pasado reciente que parecían, ahora, estar ya muy lejos de mí.