Alrededor de 1913 se instala frente a la Casa de Luca de Tena (aproximadamente frente a lo que hoy es el edificio de Sevillana) y cerca el campo con tablas verdes, por lo que será conocido como “Campo de las Tablas Verdes”. Sin embargo retornó al primer equipo un jugador juvenil que también marcó historia en el club, Rogelio Sosa.