Cada año migran más de 30.000 flamencos de tres de las cuatro especies que existen en el planeta para anidar. Esta curiosa formación de piedra es obra de la acción del gélido viento que sopla constantemente en el Desierto Siloli, en las inmediaciones de la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Abaroa. Y en medio de semejante paisaje desértico, ahí plantado como por arte de magia, aparece el Árbol de Piedra.