«¿Usan los escritores a sus hijos como excusa para una cierta ausencia de disciplina literaria o es que es culpa de los vástagos que las neuronas que antes se consumían entre sustancias y efluvios ya no den también para las teclas? Debería tomar a las grandes autoras contemporáneas de nombres eslavos y cambiar la sopa de rábanos por la tortilla de patatas y tendría una novela o dos o mil.