Las cajas de cartón están totalmente desaconsejadas, y si se trata de un transportín o mochila donde el gato puede sacar la cabeza, es mucho mejor que también le hayamos acostumbrado previamente y mediante refuerzo positivo a tolerar la presencia de un arnés y de una correa, que nunca vienen mal como herramienta de doble seguridad en caso de que tengamos un incidente con los cierres de su caja de transporte.