Hemos sobrevivido a la pandemia, al encierro, a los lloros, a las obras y los gremios, a los amigos ausentes, a los presentes que nos olvidaron, a los amantes que nunca nos desearon lo suficiente, a los pesados que lo hicieron en exceso, a los que nos criticaron sin leernos, a los que nos alabaron porque tocaba, a las estrías, a los discos malos y los discos buenos, al final de lo analógico, al sueño y las pesadillas.